¿Has visto cómo se mueven las nubes?, cuando el cielo se empieza a nublar, si observas detenidamente, se puede apreciar el suave movimiento de las nubes para juntarse. Pareciera como si el tiempo pasara en cámara lenta. Y los demás planos, aunque se mueven a su tiempo, se ven como en otra película, como vistos desde otro lente. Así paso el tiempo, a veces, como viendo nubes en cámara lenta, viendo el cielo esperando que en ese lugar, en el que seguramente estás atrapado, estés viendo lo mismo que yo. O tal vez siento que mis días pasan así de lento, con esa misma velocidad, y cuando mi cielo se despeja ya han pasado tantos días y no se nada de ti. Por eso mis ojos se nublan y llueven, llueven tanto que me inundo, no voy a decir en qué. Pero no siempre veo nubes pasar, en ocasiones, brinco en charcos y no me mojo, a veces sí pero no me doy cuenta, porque seguramente no estoy pendiente de eso. Es curioso como las nubes juegan la broma de juntarse para tapar el sol, y no llueve, no pasa nada, solo oscurecen el día o pintan de gris la noche, por capricho, quiero creer que no lo hacen por maldad, ya que yo espero que caigan las gotas del cielo y la espera es larga, pero sigo esperando las decisiones de alguien más porque yo sola no puedo hacer llover, pero a veces lluevo solamente. Tienes suerte de no pasar los días igual que yo, ¿Sabes lo difícil que es esperar que se junten las nubes, y que llueva?, a veces las cosas no salen como uno quisiera, de hecho es muy complicado que “el universo conspire a tu favor”. Dicen que la naturaleza es sabía: ¡Vaya sabiduría!, hacer esperar a una mujer desesperada. Siempre he odiado la lluvia porque me recuerda a eso mismo. Antes, cuando llovía, me escondía bajo las sabanas, pero nunca había visto la lentitud con la que las nubes avisan que va a llover; ahora me asombro de lo rápido que pasó el tiempo, desde el día que me escondí en mi cama hasta ayer que vi lo que ya dije que vi. No me atrevo a hablar de más, porque sé que mañana lloverá de nuevo, se que pasará lo mismo que ayer y que hoy, y últimamente no tengo ganas de brincar en charcos, ni de mojarme, ni de esconderme entre sabanas, ni de nada, ni siquiera de discutir lo que siempre discuto, sólo sé que lloverá porque esas nubes en este momento están planeando cómo sorprenderme de nuevo, para que mañana, precisamente, que llueva, la lluvia me encuentre desprevenida, pero ya no, porque ya se de qué trata esto. Se nublará y caerán gotas, como lluvia o como lágrimas. |