-Acepto, dijo ella, pero antes debo saber tu nombre

-El que mejor convine con el tuyo, le contestó él, y una ligera carcajada salió de su boca.

Ellos se acaban de enamorar, siempre pasa en estas fechas. Tal vez es la primavera, tal vez es sólo casualidad, o es el destino que sabe que pronto va a separarlos y lo hace con dolo, para que más personas hablen del desamor, o de las distancias, o del destino que une y separa parejas, al azar o a sabiendas de lo que hace.

-¿Qué haces en este lugar?, preguntó ella, con timidez

-Lo mismo que tú, supongo, respondió el joven inteligentemente.

-Vengo en busca de algo perdido, dijo ella

-Pues creo que lo encontraste, aseguró el

Y esas caras relucientes de felicidad, en unos meses se inundaran de lagrimas, porque no es suficiente estar enamorado, porque el amor sólo es perfecto en los sueños, porque los sueños son perfectos, porque el amor a primera vista es improvisado, es inesperado, pero encontrar algo perdido y después perder lo encontrado no es mala suerte, es parte de la vida.

-¿Te volveré a ver?, quiero verte de nuevo, insistió el joven

-No se si será una buena idea, tal vez te encuentre por ahí, respondió la chica, con sarcástico humor.

-Dime que lugares frecuentas, y te aseguro aparecer casualmente, comentó el ahora bromista.

Con una sonrisa apenada la joven le dejó ver que no está segura de creer en el amor, perdón no diré una tontería así, todos creemos en el amor; más bien ella no sabía si creía en el, en ellos. Pero al parecer él estaba dispuesto a apostarlo todo por ella, ella sigue confundida, entre los amores pasajeros, y las cosas que siempre vienen y van, como ella misma.

- Tengo que irme, adiós, gusto en conocerte, triste despedida que salió de los labios de ella.

-Entonces, ¿En dónde nos vamos a encontrar?, preguntó tercamente él.

-Adiós, dijo ella sonriendo ligeramente, volviéndose, con la seguridad de que jamás lo volvería a ver.

Y puede ser que de esta forma haya acabado una buena historia de amor. Pero también puede ser que mañana el final cambie, y ellos se encuentren por ahí entre las casualidades de otros, o dentro del destino de alguien más o quien sabe, porque de estas cosas soy la que menos sabe.

Hoy ella se despertó pensando que quizá pueda volverlo a ver si se aparece por ese lugar, pero es poco probable que lo haga, además ella piensa demasiado las cosas, y sabe que más de veinte horas de distancia siempre serán barreras y más barreras entre ella y esa ciudad en donde estaba ese lugar donde ella inesperadamente se enamoró. Él también despertó hoy, y pensó que si volviese a aquel sitio en donde la vio, posiblemente la encontraría, pero no lo hará; porque el sabe que si ella dijo adiós es porque no cabía un hasta luego, siempre he dicho que no hay inteligencia en el amor.

Posiblemente si ellos dejaran de pensar y se dedicaran a sentir, la vida los premiaría con un gran amor, yo se que ella se olvidará de él al poco tiempo, y se que él amará a otra cuando menos se lo espere, lo que no se es si se verán de nuevo, si se amarán de nuevo, si la vida les regalará otro minuto inesperado, otra mirada de amor, como la de esa noche.

La vida regala momentos, esa noche se que dos personas lo entendieron; y con eso ya valió la pena contar esta historia.