De feria en la feria Es sabido por todos que en las ferias, los juegos de azares o destrezas están más que arreglados, y quien decide entrarle, lo hace bajo su propio riesgo a sabiendas, repito, que es muy seguro que no gane nada. Pero no te esperas que todo sea así en la feria, por lo menos esperas que al pagar para ver a la mujer mitad lagarto eso obtengas: la seguridad de que estas viendo a una mujer semi-reptil. Así es, el mundo naco de nuevo, en su octava edición, con un tema atroz: mi paseo por la feria de Los Mochis (Expo Canacintra 2007). La feria, ¿qué les puedo contar de ella?, en realidad no mucho, es una expo en donde diferentes empresas comerciales exponen, obviamente, sus productos y servicios. Pero para hacerla más atractiva la amenizan con un “escenario artístico” y traen juegos mecánicos, los mismos que visitan todas las ferias del país. La expo dura aproximadamente diez días, y uno de esos días decidí ir por dos grandes razones, la primera que no tenía nada mejor que hacer (y la distancia de la feria a mi casa es de un par de cuadras), y la segunda es el escenario de “Que toda la expo se entere” en donde como se han de imaginar la gente sube a hacer el ridículo, por supuesto, y las personas como yo nos reímos sin parar. Pues ese día, llegué a la feria, observe el tipo de gente que estaba en la entrada, no quiero ofender a nadie, y después me estacioné frente al escenario éste que les acabo de platicar, en donde me desviví burlándome de cuanto naco se paró a bailar, cantar, recitar, y mil y una tontería sólo para ganarse un premio, que por cierto nunca pasó de una camiseta o una gorra, de la feria claro. Acto seguido y ya con el abdomen contraído de tanta risa, me dirigí a los stands (creo que así se escribe) y me entretuve un rato, como de cinco minutos, en lo que recogía todos los volantes que pasados esos minutos fueron a dar al primer bote de basura sin siquiera revisarlos. Y llegué al fin, al área a la que en realidad le gusta visitar a la people justo ahí, frente al escenario artístico, que ese día contaba con la grata presencia de los desconocidos del norte o de la sierra o de Sinaloa, o algo así, el nombre ni importancia tiene, las canciones entre esos grupos siempre son las mismas. Y ahí pude ver como la gente lleva a sus parejas y baila y cenan ahí en los puestos de comida rápida y un montón de cosas, que yo no haría porque mi educación no me lo permite (me pasé lo se). Y después fui a dar una vuelta por los juegos mecánicos (y aquí viene mi parte favorita yupi), pues no me subí a ninguno, no porque me diera miedo, si no que ese día mi lugar no era precisamente estar ahí metida, así es que la visita era corta. Entonces caminé entre los juegos, y vi el Himalaya, y los carros chocones, la rueda de la fortuna, el martillo, y todos esos juegos exóticos y extravagantes que nos invaden en estas ferias. Y en ese caminar me topé con el mejor espectáculo que la feria, qué digo la feria, la vida me pudo dar: un puestecito en donde aseguraban tener animales raros, no me pregunten como cuales, porque ni atención puse, pero la atracción principal era una mujer lagarto, así es, así como usted lo leyó, ni más ni menos, se trataba de una jovencita de quince años, de nombre Verónica quien por no obedecer a sus padres se volvió, convirtió, mutó o no se en mitad reptil; o al menos eso decía el hombre que presentaba tan majestuoso espectáculo. Yo, sólo porque soy una persona curiosa, nunca lo hice para reírme ni nada, entré. Y aunque me parecía sumamente imposible que existiera tal cosa, mi niña interior estaba emocionada, y por qué no hasta deseosa de ver a Verónica en su pecera de cristal y llena de peces de colores, como decían a las afueras de la carpa que escondía a la mutante. Compré mi boleto y entré rápidamente a ver a los animales “extraños” mismos a los que no les encontré nada raro o más bien no me fijé mucho, sólo habían dos vacas, una por cierto con una malformación en la parte trasera de su cuerpo que no la hace extraña, más bien, es una malformación, como ya dije, que cualquier ser vivo está expuesto a sufrir antes de su nacimiento, pero no toda la gente sabe eso, y menos la gente que se imaginan que abunda en esos lugares; también había un perro en una jaula y un gallo a los que no les reconocí ninguna extrañes, a menos que se tratara de un perro sensacional que no ladra y duerme en su jaula, situación a la que no le encuentro nada de fenomenal. Pero yo no entré ahí a ver a esos animales, yo lo hice sólo para ver a mi próxima heroína (sin motivo alguno) The lizard woman, o lo que es lo mismo, la mujer lagarto. Y así me introduje a un cuarto donde se supone estaría la pecera que tanto me habían prometido, con los peces de colores. Entré cautelosa, no con miedo, pero sí con mucho respeto, digo, nadie sabe qué le gusta comer a una mujer mitad reptil, ¿estamos de acuerdo? Cuando por fin, rodeé la pared que me separaba de la súper estrella de mi noche, volteé, la vi, y mi reacción fue espontánea, lo juro ni siquiera pude controlarme, una fuerza interior, empujó algo hacia mi boca, y una fuerte carcajada, sonora, burlesca, salió desde mis entrañas como reacción al fiasco más grande que me han hecho. De mujer lagarte tiene ella lo que yo de buena persona, se los juro, fue nefasto, era una vil mesa blanca y un hoyo en la pared de donde una joven sacaba la cabeza para empatarla a un cuerpo de lagarto, más falso que Judas. Obvio le pregunté a la muchacha que si dónde estaban los peces, pero creo que se molestó mucho por mi reacción y con una expresión de enojo, sólo me observó sin decir nada, me fui cayéndome de la risa, con una sola idea en mente difundir esta historia para que nadie caiga en estas estafas tan populares, tan nacas, aunque si lo que quieren es divertirse sanamente, gastar poco, y evitarse la fatiga de hacer abdominales y en su lugar reírse demasiado y lograr el mismo resultado, sí es así entonces esperen la feria de su ciudad, y vayan, entren, vean el espectáculo sea cual sea el atractivo principal les prometo que se van a reír, por lo menos valdrá la pena los diez pesos que paguen. Y bueno ese día hubiese dado hasta más si alguien me sacaba del aburrimiento, pensándolo bien debí darle a esa pobre e indefensa “mujer lagarto” un dinerito extra por ser tan cómica sin proponérselo. Y bueno se preguntarán que tiene todo esto que ver con el mundo naco, la respuesta es taaaaaan simple, TODO, todo lo que pasa en la feria tiene que ver con el mundo naco, por qué, porque la gente se desinhibe y les sale del corazón: tirar la basura en el piso, piropear a las mujeres, gritar groserías y obscenidades, vestirse como si fueran a una boda, bueno a una boda muy naca puede ser, y todo esto es para mí así naco, naco muy naco y punto. Sólo para terminar quiero recordarles que aunque una cosa sea naca, nunca quiere decir que no sea divertida. Bueno ahora sí ya me voy, espero no haberlos aburrido demasiado. Lizar Woman we love ya! |
oie:
jaja buenísima el texto del mundo naco jajaja me reí mucho!:)
yase,
esta bien chafa ese expectaculo pero pues es verdaderamente divertido :D
Lizar Woman we love ya!