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  miércoles, septiembre 27, 2006  
 
 
Homo videns, la tele y su “destrucción”
Análisis del "Homo videns" de Giovanni Sartori

Acusar a la televisión de un progreso no positivo me parece injusto, desde el punto de vista de quienes ven en esta máquina un mediador entre hechos, hallazgos, problemas, y entretenimiento y las personas que estamos ajenas a ellos o a distancia. La idea principal de televisión se ha ido degradando, pero el problema no está en los medios, o más bien no todo el problema son los medios. La responsabilidad de qué vemos está en cada una de las personas que encienden la tele, y que antes de hacerlo ya tiene pensado que le gustaría ver. Creo que pensar que la televisión es dañina o algo parecido me parece extremista, todos los excesos son malos, y si hay niños que pasan de seis a ocho horas frente al televisor, no es culpa de la programación de ésta sino de la falta de responsabilidad de los padres, que permiten que la educación de sus hijos caiga en manos de un sector que programa dependiendo de las ventas y no de la cultura que pueda aportar. Y quizá sea este el único error, a mi parecer, de la televisión: venden entretenimiento Light y no permiten el raciocinio y la reflexión. Pero está comprobado que la cultura, el arte y la ciencia también venden, ejemplos hay muchos: Discovery channel, History Channel, People and Arts, Nacional Geographic, CNN, y otras cadenas televisivas donde su mercado meta es la gente interesada en la cultura y el aprendizaje. Lo triste es que en nuestro país no existen canales como estos. Y no quiero parecer malinchista pero quizá es la cultura mexicana a la que no le interesa ver y conocer otros temas que no sean: Telenovelas y Fútbol. Si bien es cierto, que vemos lo que la televisión ofrece, también hay que aceptar que los programas con más éxito o de mayor raiting son aquellos en los que la capacidad de análisis y retención no es muy complicada.
Estoy de acuerdo con Sartori en que la sociedad se ha enfocado en utilizar su sentido de la vista y ha dejado de lado los demás sentidos. Pero no creo que la televisión sea del todo la culpable, porque para casi todo lo que hacemos, excepto para lo que necesita ser usado con los demás sentidos, todos preferimos usar la vista. Y en ocasiones se nos olvida escuchar, vemos pero no oímos, vemos pero no olemos.
Por otra parte, el Internet es una herramienta multimedia y de interacción continúa. Pero me parece poco atinado compararla con la televisión, incluso pensar que en un futuro cercano o no, ésta pueda ser suplantada por el Internet. Primero porque las funciones esenciales son totalmente distintas, segundo por la accesibilidad económica que tiene la televisión, y tercero por la capacidad educativa que tienen que poseer las personas que utilizan la herramienta web. En otro países, como Estados Unidos, la mayoría de la población tienen una computadora en su casa, incluso tienen acceso al Internet. Pero en países como el nuestro todavía hay gente que no sabe ni cómo prender una máquina de estas. De ahí que me parece casi nula la idea de que las computadoras puedan destituir por completo a la televisión, así como se pensó que la máquina lo haría con el hombre. Si la llegada del televisor no suplantó a la radio o a los medios impresos, las computadoras están lejanas de hacerlo.
Más que nada hay que entender que la responsabilidad es de todos, no sólo de los medios, a fin de cuentas nuestra educación está en manos, primero de nuestros padres y maestros y segundo de nosotros mismos. Es difícil alejarse de la programación televisiva cuando es, en nuestra sociedad, la conversación de mañana, la plática de la semana entrante. Y todos queremos formar parte del grupo, por eso nos enteramos del final de la novela, el resultado final del partido. Me gusta la televisión, pero también me gusta la lectura, creo que las cosas no están peleadas, simplemente hay que encontrar un equilibrio para que no se convierta en excesos.

La desinformación de la información

Es cierto que la política es muy importante para todos los que conformamos una democracia porque conocer nuestra estructura nos da poder, y nos permite participar de una forma objetiva en las decisiones importantes del país. No obstante, los medios, muchas veces, están a merced de la agenda política informativa y dejan a un lado los temas de relevancia social. Y el problema es que no todo de lo que debería hablarse es del poder. En la televisión, y en sí en todos los medios “informativos”, hablar de política es esencial y, muchas veces a las personas no les importa lo que la gente con “poder” opine.
Por otro lado esta la desinformación y la subinformación, ésta última es aquella en donde la información está incompleta y la desinformación es el deterioro, manipulación o distorsión de dicha información. Informar, dice la real academia de la lengua española, es dar noticia de algo. Y tal vez la televisión en un intento por superar, con imágenes, a la radio y los medios impresos, en lugar de informar desinforma. Esto lo digo porque muchas veces en un afán por conseguir la mejor imagen se deja de lado lo que realmente importa que es la información misma y, que la imagen es simplemente un complemento de ésta.
Uno de los peores errores que cometen en los noticiarios de televisión es creer que un hecho sin imágenes no es noticia o, en su defecto su valor noticioso carece o merece la utilización de imágenes de archivo. Y está comprobado que la imagen por sí sola comunica, más no puede sustituir la información completa e interpretada que el periodismo, en este caso, esta responsabilizado a hacer.
Incluso basarse de encuestas, mal interpretadas, o de pura imagen es también un bache en el que ha caído la televisión, queriendo superar a los demás medios; logrando con esto, hacer más atractivas las noticias y apartarse del objetivo informativo. Y quizá sea la costumbre que la sociedad ha generado de ver la televisión, porque está comprobado que la información por sí sola también vende, ejemplos son los miles de periódicos que se comercializan en nuestro país, revistas, semanarios y programas de radio.
Creo que nuevamente el problema más que centrase en los medios, debería rodearse en las personas que frecuentan los medios televisivos. Aunque el problema principal está en manos de aquellas personas, llámese periodistas o comunicólogos, que lucran con la información, y no lo digo en forma despectiva ya que de esto trata nuestro trabajo. El conflicto entra cuando el negocio no se hace con el respeto que la información, el público y el oficio merece.
Si los medios no estuvieran sesgados e inclinados hacía partidos políticos o personas de renombre, la información no caería en la subinformación. De igual forma sucede con la explotación de imágenes y el maquillaje, intencionado o no, de encuestas. Por otro lado, que exista la desinformación es responsabilidad de nosotros, los encargados de los medios informativos, porque ese es nuestro trabajo: informar, y somos mediadores entre la información y la gente.
Opino que es importante llegar a un equilibrio, es difícil cambiar los medios televisivos porque así se ha acostumbrado a manejar la información subinformando y desinformando; pero también nosotros, el público en este caso, necesita exigir más, o en su defecto leer más periódicos que además de ayudar en la lectura, que tan olvidada está, nos incita a averiguar toda la información y nos evita caer en la cómoda costumbre de que todo nos lo den en charola de plata.


¿Y la democracia?

En la video-política la televisión favorece a una vida política dirigida a episodios emocionales, tal como las telenovelas, igual de malas que la misma política. En lugar de vendernos la idea de buenos gobernantes, estos mismos se encargan de vender historias de “buenos y malos” en donde ser bueno es peor que su contrario.
Creo que la idea general del libro es que el hombre que pierde la capacidad de abstracción es incapaz de razonar, situación a la que tenemos que darle las gracias nada más y nada menos a la televisión que con su programación mal estructurada y, de cierto modo “confortable” no nos permite pensar sino solamente ver.
El telever deteriora la intelectualidad, la capacidad de manejar conceptos, ideas, imaginar, nos vuelve seres casi inertes cuando estamos frente al televisor.
Y en conclusión creo que Sartori, no trata de criticar fatalmente este problema, creo que es una reflexión que nos invita a pensar primero en nosotros y a poner una solución a este problema. Por último creo que lo que sucede es una lucha constante por saltar al futuro, por tener mejores y nuevas tecnologías y olvidamos que todo parte de lo más sencillo e importante que es el lenguaje, y por esto cito al mismo Sartori que dice: “Hoy día, si no “superas”, si no adelantas o saltas la valla, no existes. Arriesgándome a no existir, yo prefiero resistir”
posted by Masheliita&aLex @ 9:40 a.m.  
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