¡Feliz año nuevo!, se escucha en todas partes. La sonrisa ingenua en los labios de aquellas personas que se ilusionan con un nuevo año, un nuevo comenzar para ellos. Los abrazos, los besos, los buenos deseos, todo como pretexto para no dejar a un lado la tradición. Todo esto lo entiendo, pero lo que aún no logro entender, y verdaderamente me cuesta trabajo hacerlo, es el hecho de que las personas se hagan promesas a cumplir en el transcurso del año, como un tipo de metas a mediano, corto y largo plazo. Y no lo entiendo porque nadie cumple ese tipo de promesas; como que va a ponerse a dieta, hacer ejercicio, leer quinientos libros, olvidarse del ex novio, o peor aún del actual novio; en fin cosas que yo en particular, no se usted, raramente o mejor dicho nunca he cumplido. Así empieza la historia de un triste y gris primero de Enero, la verdad no fue gris ni triste, pero si fue extraño. Resulta que me propuse hacer una lista, usted sabe para no quedarme atrás, de mis propósitos de años nuevo, y curiosamente encontré la vieja lista, sí esa lista que se venció justamente el día de hoy; compare ambas listas y resulta que son tan similares que sería mejor hacerla en computadora guardarla en mis documentos, cambiarle la fecha e imprimirla cada año. Creo que no cumplí con mis propósitos, pero no me había sentido mal, de hecho ni me acordaba de esa lista, hasta que la vi; sentí que lo que era importante para mí, en algún momento lo olvidé y me dedique a hacer otras cosas. Dónde quedó la dieta, el ejercicio, y todas esas cosas que por motivos de no “ventanearme” voy a dejar a la imaginación de usted. No entiendo porque no optamos por comprar una agenda, o simplemente vivir el día de hoy; digo se que muchos de ustedes no van a estar de acuerdo con lo que estoy expresando, pero antes de que dejen la lectura por desacuerdo, denme una oportunidad de hacerlos cambiar de opinión, o en su defecto de que la respeten. Yo creo que es muy bueno planear las cosas, pero creo que es mucho mejor ir viviendo. La experiencia me ha enseñado, bueno no es una larga experiencia pero, me ha enseñado que los planes nunca salen tal cual, o si no están de acuerdo conmigo, preséntenme una persona que haya cumplido todos sus planes al pie de la letra. Yo no he conocido a nadie. Además planear hace la vida tan aburrida. La vida no es una receta, por desgracia, podemos tratar de seguir una pero el toque final, el sazón no siempre es el mismo. Por eso en este año 2006, lo que más les deseo es que sus sueños e ilusiones se hagan realidad, pero sobretodo les deseo que luchen y trabajen por esos sueños, que no los abandonen nunca, los hombres vivimos de sueños; el hombre exitoso vive de ellos y el que no lo es vive sólo con ellos. No hagan propósitos, mejor vivan día día como si fuera el último. Mis mejores deseos para este año nuevo.
Algunos puntos para no hacer la lista de propósitos: 1.Pierdes tiempo 2.Mejor cópiasela a un amigo, y te ahorras pensar tanta tontería 3.Desperdicias papel, y con los problemas del adelgazamiento de la capa de ozono, yo me preocuparía. 4.Pero sobretodo, no es divertido. 5.Nadie hace una dieta porque lo prometió en año nuevo, las hacen porque padecen de sobrepeso. No te inventes pretextos. 5.Porque al hacer una lista de propósitos, te presionas y te exiges mucho; y ya tienes suficiente con el trabajo, la escuela, la novia, los amigos, los…. 6.No los vas a cumplir. |